7 consejos de maneras en la playa

7 consejos de buenas maneras en la playa: protocolo del bañista

Mira que te tenemos dicho que hasta el 40 de mayo no te quites el sayo, pero sabemos que ya estás yendo a la playuki y, que si no, poco te falta. Por esa razón vamos a recordarte 7 normas de conducta y buenas maneras en la playa, que se resumen en la conclusión final: no seas bitch en la beach.

1. Respeta el espacio vital propio y ajeno

La elección del lugar es algo básico.  Sigue la regla inconsciente del gimnasio (y de los cines) que consiste en dejar una bicicleta (o butaca) libre entre tu compañero desconocido y tú. Esto es, deja un buen roal (o, de no poder, un roalico) de separación entre tu sombrilla y sombrillas ajenas. Habrá a quien esta regla le parezca muy obvia, pero yo una vez compartí toalla con una familia entera de mujer, hombre, vástago y perro.

2. Ligar en la playa.

Cualquier lugar es bueno para encontrar un rollete el amor, aunque si lo haces mal sólo conseguirás joder al otro, sí, pero no de la manera que buscabas. Eso de acercarse directamente, a pecho descubierto, a preguntar el nombre o un ¿estudias o trabajas? puede que se lleve en Mujeres y hombres y bíceps-berzas, pero no en la vida real. Cúrratelo un mucho e inventa un casual meetic. Echa mano del ingenio, cuida tu retórica, no seas plasta ni pastiche. Al final, el aspecto da igual. El encanto está detrás de las palabras y de los mohínes.

ligar en la playa

Muriendo de amor

3. Respeto a las aves solitarias.

Este punto está relacionado con el anterior, y no quiero pecar de sexismo-feminismo-machismo o quéseyo, pero este problema lo tenemos principalmente las mujeres. Es mundialmente conocido el enunciado lógico “Mujer sola en la playa = Buitre acechador”. Imagino que para muchos es lo normal: ¿Dónde, sino en la playa, van a encontrar a una mujer sola, tumbada y semi-desnuda? Deben verlo como un ofrecimiento en toda regla. Pero no. Si una mujer está sola en la playa es porque le apetece estar sola, no con un viejo-joven (viejoven) verde.

4. Controla el ruido.

Cuando la playa está petá es imposible pretender que reine el sonido de las olas, así que aplica estos consejos en playas de afluencia media o baja: Ten cuidadito con lo que dices, sobre todo si estás cotilleando sobre los de la sombrilla vecina. Aunque te parezcan que están muy lejos, el sonido viaja muy fácil en la playa, con el viento y sin más obstáculos, y es probable que puedan escucharte. Además, recuerda que la gente va a la playa para relajarse, y no hay necesidad de que nadie sufra un ataque al corazón a causa de tus chillíos.

5. El agua es de todos, mea tu parte.

Sí, mearse en el agua –del mar– es de buena educación. Mearse fuera está tan mal visto como comerse una pizza con cubierto: es decir, es algo innecesario. Todos sabemos lo primero que hacemos al bañarnos, así que no merece la pena ser mojigatos y guardarnos el chorro para luego. Eso sí, en el mar hay una regla inquebrantable: aguas menores sí, mayores no. ¡Por favor!

Mear en la playa

Te has metido a mear, y lo sabes. Foto de https://unclasico.blogspot.com.es

6. El agua es de todos, bañistas y surfistas.

La guerra que se libra todos los veranos entre bañistas y surfistas es la que se libra también entre ciclistas y peatones. A falta de espacios habilitados, ambos deben compartirlo respetando sus límites. No sé cuál es la solución a esto y lo único que se me ocurre es la comprensión: como bañista, he de respetar que el windsurfista corra veloz por mi lado –aunque me ‘asuste’–, y como windsurfista he de comprender al bañista asustadizo y quejicoso por mi presencia –aunque me incomode–. Si bien lo esencial es partir del sentido común y escoger playas en las que se pueda surfear a gusto (cuando no se puede, no se puede).

7. Sé limpio.

Es muy importante que nos concienciemos con esto. Las playas son un regalo natural y debemos agradecerlo, respetarlo y cuidarlo. Amarlo, en definitiva. Y amar es fácil, si sabes cómo. Tan sencillo como recoger tus basuras al terminar (y si hay viento, tener cuidado de que no se vuelen). ¿Que has ido a la Cala Enmedio y no hay contenedores? Ajo y agua: te comes el camino de vuelta con la basura en la mano, hasta que encuentres uno. Quien algo quiere, algo le cuesta.

Como siempre pasa con estas cosas, aquel que lea este post probablemente no necesite de estos consejos. Y aquellos que de verdad necesitan aprenderlos, probablemente nunca lo lean. Pero en fin, mi labor ya está hecha. Ya estáis preparados para disfrutar del solaz playeril. Os deseo, como dicen en True Surfing, salud y buenas olas.

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